miércoles, 22 de junio de 2011

LXXXVI

Esta vez se decidió. Se agazapó y la miró a lo lejos. Al verla cerca, saltó sobre ella y le ordenó: “Alto ahí, ¿tus labios o mi vida?”

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Mi vida ella esta dispuesta a entregarte sus labios, su cuerpo entero, sus ganas, sus sueños, sus deseos, pues toda ella te pertenece.

Emilio dijo...

Sabedor de esas verdades humeantes, y envuelto en fragores internos, Él vio la respuesta en los ojos de Ella y la besó a quemarropa.

Anónimo dijo...

Ella esperaba con ansias por sus besos, por sus caricias y se dejo arrastrar por el huracán de pasiones en que se convierten juntos.

Anónimo dijo...

mi vida te la entrego si con ello obtengo un seg de tu amor

Emilio dijo...

La preguna era un realidad un pleonasmo: un beso, un auténtico beso, siempre será una forma como la vida se nos desangra y se siembra en otra tierra húmeda.