Sólo le bastó cerrar sus ojos y recordarla para saberlo. Las demás estaban hechas de barro y agua; eran míseras, grises y pedestres. Ella estaba hecha de alboradas y gotas de rocío. Y era inmensa.
Confesiones y fantasías de un treintañero amante de la poética corporal y la erótica verbal.
jueves, 28 de julio de 2011
domingo, 24 de julio de 2011
POSADA
Estés donde estés, hagas lo que hagas, toques lo que toques, guárdame.
Mírame.
Suspírame.
Tócame.
Ampárame.
No pienses, no dudes, no mires más allá.
Sólo siénteme. Sólo siéntete. Sólo siéntenos.
Ahí estamos, en ese horizonte, en esa luna, en ese destello. En ese quizás que por serlo ya es eterno.
Nos miramos con los dedos, nos escuchamos con los suspiros, nos besamos con los ojos.
No sabemos de huellas, de contratos o de augurios. Sólo sabemos lo que desconocemos de ambos. Eso que nos hace acercarnos aún más.
Recréame en tu almohada.
Horádame los porvenires.
Sueña con las rosas de mis manos. Desgrana sus pétalos en tus labios.
Hazle espacio entre tu blusa a la esponja de mi lengua.
Permite que mi jilguero se cuele entre tu falda.
Cede ante la embestida de los corceles que me arredras en el corazón.
Siente mi alondra impregnando de miel tu espalda.
Úngete con la pulpa de mi pomelo.
Acúname con tu respiración agitada.
Haz de tus dedos carabelas para mi mar.
Convierte tu boca en fauces.
Suda la tintura para nuestro lienzo.
Déjame desgranar el almíbar de tus labios.
Paladear las almendras de tus pechos.
Cubrirte el vientre de orquídeas radiantes.
Revolotear mis mariposas en tus muslos.
Colmarte de luciérnagas envuelto entre tus piernas.
Simplemente,
Acaríciame.
Abrázame.
Átame a ti.
Muere conmigo por ti.
Sé mi Posada.
Ya no quiero caminar sin dirigirme a ti.
E.
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viernes, 15 de julio de 2011
DÉCIMA LEY DE SUSPIROS DEL ESPANTAPÁJAROS
Nunca falla: si puede saborear las metáforas, seguro puede volar con los ojos cerrados.
LXXXIX
Ella lo leía agazapada, en silencio y cubierta de suspiros. Él no lo sabía pero estaba seguro que con un “no te vayas”, un “déjame conocerte” o un “aquí sigo”, ese Oasis hubiese germinado en un paraíso.
lunes, 11 de julio de 2011
PARAÍSO
Se alojan bordeando el valle almendrado, muy cerca de la blanda caracola de mármol.
Semejan espigas de amaranto y tallos de fieltro.
Veleros inhóspitos encallados en altamar.
Hogazas de pan fresco.
Criaturas absortas de alcanfor esponjoso.
Revolotean mariposas en sus fronteras.
Acumulan crepúsculos en sus pliegues.
Engullen desvelos y búsquedas en sus silencios.
Soy lo que sus estremecimientos me incitan.
Lo que sus racimos me serpentean.
Lo que sus golondrinas me desvelan.
Nacieron para ser preñados de mis palomas,
encerados con mis constelaciones,
redescubiertos en mis vigilias.
Sean mis ojos frazadas para su incesante sed,
mis dedos enjambres de ámbar para sus campanas
y mis labios cisnes que se sumerjan en su oleaje de alquitrán.
Quiero surcar su desfiladero
descifrar sus estrellas,
estrujar su espuma,
sorber sus vahos,
embriagarme de su trigo,
acunar sus veredas,
retozar en su ciénaga
desflorar sus frutos,
paladear su pulpa
embadurnarme de sus rocíos,
y verterles mi polen espumoso.
Son ninfas nocturnas.
Duraznos palpitantes.
Corceles que resguardan una rosa enmelada destinada a endulzar mi lengua.
Los muslos de Ella.
El paraíso donde sueño residir eternamente.
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jueves, 7 de julio de 2011
LXXXVIII
Se metió las manos al bolsillo y susurró al viento: “Asómate a la ventana y posa tus ojos en ese beso que la luna llena le prodiga al cielo constelado. Allí te espera mi mirada.” Entonces, invocó el nombre de Ella.
miércoles, 6 de julio de 2011
NOVENA LEY DE SUSPIROS DEL ESPANTAPÁJAROS
Mientras más pasa el tiempo, los recuerdos adquieren más un sabor a felicidad. Sobre todo con las ausencias.
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