Confesiones y fantasías de un treintañero amante de la poética corporal y la erótica verbal.
viernes, 3 de junio de 2011
LXXXIII
En el cuarto oscuro de la noche pudo develar por fin aquel designio que su alma ya le venía susurrando hace años: “A veces, las alegrías pasadas toman venganza en el presente”. Y por fin pudo llorar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario