lunes, 9 de noviembre de 2015

DE ESAS

Flotan en el aire retazos de destellos, como pétalos marchitos.
Alrededor sólo percibo objetos y entes que enturbian mi palpitación
Susurros, distancias y ciclos son cuchillas que me sangran por los ojos.

La voz es un violín carente de un piano que lo ampare.
El cielo es una metáfora arruinada por el rocío de mi silencio.
Soy una derrota que se resiste a naufragar en la esperanza del alba.

Hoy es una de esas noches,
en que un abrazo
me llevaría a la orilla de mañana.

viernes, 14 de agosto de 2015

MÍA


La belleza nunca agota a quien sueña con hallarla.

Por eso, no puedo dejar de mirar tus fotos.

Lo que distingo al mirarte en esos instantes adheridos al tiempo es un cuerpo lozano y afrutado. Una silueta prolija ceñida de una piel ávida de ser recorrida con pétalos, de ser reconocida con jilgueros, de ser redecorada con alboradas.
Entreveo en cada pliegue tuyo tierra fértil para el fervor y la ebullición.
En tu boca, un pomelo jugoso.
En tu cuello, una cuenca de molicies.
En tu espalda, una planicie sahumada.
En tus senos, un huerto de almendras dulces.
En tus caderas, racimos de pulpas bullentes.
En tus muslos, panes esponjosamente frescos.
En tu intimidad, filamentos amelocotonados.

Mirar tus fotos se está convirtiendo en una adicción que sacude mi cuerpo porque una electrizante agitación se apodera de mí. Te estás convirtiendo en rival de la noche: me rodeas, me envuelves y me enciendes sin siquiera tocarme.

Y mi imaginación vuela.
Y te pienso cerca.
Y te miro.
Y me agito.
Y las palabras se me atoran en la garganta.
Y el cuerpo suda y se altera.
Y me muero de ganas de acercarme a ti para hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos, o el rocío con las flores o el amanecer con el día.

Te miro tanto porque sollozo tu cercanía.
No para poseerte, sino para paladear a la eternidad en tu tibieza.

Te miro
Incesante, corrosiva, depredadoramente.
Para que ni la distancia se oponga
a que seas mía.

miércoles, 1 de julio de 2015

MI BOCA


La respuesta a tu pregunta es: sí.
Sí, la de mi foto de perfil es esta boca que, mientras escribo, emulsifica anhelos, apetencias y alborozos.

Esta boca que es propietaria de lo que preña al aire y esclava de lo que con su saliva anega.

Esta boca que contiene una lengua acuosa y ávida de enhebrarse con el lenguaje de la fricción.

Esta boca que es jilguero y perdiguero en un solo soplo.

Esta boca que burbujea.
Esta boca que desflora.
Esta boca que infesta.

Esta boca hambrienta de labios aciruelados, pechos aguamielados, muslos apulpados; de una intimidad aframbuesada.


Esta boca que, si se lo permitieras, iría desbocada a confirmártelo.

Mi boca.

viernes, 19 de junio de 2015

SMS III


9********5
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Saliendo de mis clases fui a comprar un vino tinto que ahora estoy bebiendo mientras miro tus fotos.
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El vino es afrutado, fresco e intenso en honor a tu silueta, tu mirada y tu recuerdo.
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Un sabor acuso me revolotea en la boca y me relampaguea en el vientre. ¿Cuándo dijiste que vendrías?
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