A veces están poblados de susurros, otras de augurios y en su mayor parte de ausencias.
Deslavan melancolías y abrigan añoranzas pero en sus huellas transpiro eternidad.
Suelen ser patrias inefables porque en ellos me miro con mirada inteligente.
Suelen ser poemas nublados porque diluvian en mi nostalgia.
Suelen ser conjuros aplazados porque abrevian mis treguas.
Retahíla de palpitaciones.
Silencios renovadores.
Lienzos en blanco.
Mis senderos.
Una antigua leyenda maya afirma que las mujeres y los hombres de maíz nacemos con la misión de completar lo que los Dioses dejaron a medias. Y uno de esos asuntos pendientes es encontrarnos porque nacimos incompletos.
Yo sigo buscándome.
Por eso regreso a Escandinavia, a preguntarle nuevamente a los bosques nórdicos por mí.
Poco a poco estoy aprendiendo a leer el alfabeto de las auroras boreales.
Confesiones y fantasías de un treintañero amante de la poética corporal y la erótica verbal.
viernes, 29 de abril de 2011
lunes, 25 de abril de 2011
LXXV
Leyó con pupilas de faro los jirones del alma de Ella. Y entonces Él sintió que algo se removía en su interior, exactamente debajo del rincón de las cenizas.
sábado, 23 de abril de 2011
LXXIV
Creyó que al naufragar se ahogaría estrepitosamente. Pero entonces, como acontecen los milagros, en el horizonte de ámbar emergió esa isla con ojos de topacio.
miércoles, 20 de abril de 2011
viernes, 15 de abril de 2011
DECLARACIÓN DE BIENES
Hoy, que cumplo un año más de vida, estoy convencido que
34 años después…
Sólo tengo una patria: su silueta.
Sólo tengo un himno: mi nombre en sus labios.
Sólo tengo un oxígeno: su aliento.
Sólo tengo un abrigo: sus manos.
Sólo tengo un alimento: su saliva.
Sólo tengo una verdad: su cuerpo desnudo.
Sólo tengo un fortín: sus muslos.
Sólo tengo una brújula: sus estremecimientos.
Sólo tengo una redención: su cuerpo al amanecer.
34 años después,
toda mi vida,
y yo
sólo tengo la eternidad de mis momentos a solas con Ella.
La tregua que me besa por las noches.
Emilio
34 años después…
Sólo tengo una patria: su silueta.
Sólo tengo un himno: mi nombre en sus labios.
Sólo tengo un oxígeno: su aliento.
Sólo tengo un abrigo: sus manos.
Sólo tengo un alimento: su saliva.
Sólo tengo una verdad: su cuerpo desnudo.
Sólo tengo un fortín: sus muslos.
Sólo tengo una brújula: sus estremecimientos.
Sólo tengo una redención: su cuerpo al amanecer.
34 años después,
toda mi vida,
y yo
sólo tengo la eternidad de mis momentos a solas con Ella.
La tregua que me besa por las noches.
Emilio
martes, 12 de abril de 2011
LXXII
“¿Te molesto?”, me preguntó azorada. No sólo me molestas, le respondí, haces un caos mi vida. ¡Bienvenida!
viernes, 8 de abril de 2011
miércoles, 6 de abril de 2011
LXX
Se iba a acostar despacio y silencioso para no despertar el fantasma que dormía a su lado. Tal vez algún día Ella volvería para asustarlo.
lunes, 4 de abril de 2011
LXIX
Él, que se hacía llamar "Espantapájaros", nació con el Don de suspirar y con la certeza de que alguien siempre lo esperaría. Y ese fue todo su patrimonio.
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