domingo, 26 de diciembre de 2010

LVIII

Ella sabía que no era cierto. Tuvo esa certeza que acontece desde el fondo. Pero la mirada de Él se lo suplicaba. Así que se lo dijo: “Volveré”.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

LVII

Lo guardó durante 30 años. Cuando la vio, supo que por fin lo diría. Así que Ella escondió ese “te amo” en un cofre y se tragó la llave.

lunes, 20 de diciembre de 2010

LVI

Tecleo la B. Luego una E. Siguió con la S. Concluyó con una O. Cerró los ojos. Y sintió un estremecimiento recorrerle la piel.

LV

Batió sus alas en la ventisca. Llegó al mástil. Le miró y le cantó. Cuando el Espantapájaros sonrió, la paloma retomó su vuelo.

jueves, 16 de diciembre de 2010

LIV

Le pidió sus labios. Aún quería vivir por un instante.

LIII

Tenía un rostro luminoso y labios de porvenir. Ella pasó sin mirarlo. Entonces, Él supo que otra historia de amor no se consumaría.

martes, 14 de diciembre de 2010

LII

 “-Creí que no vendrías”, dijo. “-Yo también”, respondió Ella. Entonces, la besó con premura para celebrar sus equivocaciones.

LI

Le decían loco pero estaban totalmente equivocados. Él hablaba con Ella cada que la necesitaba. Sólo Él la escuchaba.

domingo, 12 de diciembre de 2010

L

Estaba sentada erguida con las manos en su regazo. ¿Cómo podría sentirla tan lejos y poder leer cada pliegue de su silueta?

XLIX

Le desarmaba las convicciones mientras le reverdecía la piel. Ahora sabía que la diferencia de edades valía para nada.

jueves, 9 de diciembre de 2010

XLVIII

Parecía un sendero que ni un lobo tomaría para seguir a su presa. Él lo tomó. Seguía a su Ella.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

XLVII

Dos divorcios y 100 decepciones después, entendió que no existen los príncipes azules. Desde ese día, odió a Disney para siempre.

XLVI

Los ecos y los cajones vacíos le confirmaron que desde ese preciso instante Él sólo viviría de la ausencia de Ella.

lunes, 6 de diciembre de 2010

XLV

El tiempo le hizo devorar mil carreteras. Pero nunca encontró un camino que lo llevará a sí mismo como los ojos de Ella.

domingo, 5 de diciembre de 2010

XLIV

Pasaron los años pero él la seguía esperando. Decía que había al menos cuatro senderos por los que ella podría regresar.

jueves, 2 de diciembre de 2010

XLIII

El sabio señaló la luna y el tonto se quedó mirando el dedo. Arriba, el soñador seguía cortejándola.

XLII

 “-Quiero escucharlo de tus labios”. “-¿Qué?”. “-Que te vas y no huyes”.