miércoles, 15 de junio de 2011

LXXXV

Arrellanado en el alféizar de su ventana, despojado de premuras y responsabilidades, miró absorto lo que la primavera le había hecho a los tulipanes.
Sin darse cuenta, suspiró.
Y se soñó floreciendo en las manos de Ella.

4 comentarios:

Shy dijo...

Nuevamente mis disculpas por interferir en tu paz.

Ahhh! quien fuese manos,
quien fuese fotografía
quien fuese tu anónimo de los comentarios....

Preciosos pensamientos con menos de 40....

Anónimo dijo...

Así como tú, yo sueño con volver a florecer con tus caricias y besos.
Sueño con volver a sentir tu piel vibrar bajo mis manos, que devores mi boca, que recorras mi piel que llenes mi vientre de deseos por ser tuya, que llenes de urgencias de ti a mi cuerpo.
Sueño con acurrucarme en tu pecho y amanecer enredada a tu cuerpo, y despertarte con un beso mientras te veo dormir.
Sueño con nuestra luna de miel y tengo las imagenes tan claras aun,tal vez es por que aun te espero.
Te extraño mi cielo.

Anónimo dijo...

Vivir en el exilio de tus besos, con la promesa de una caricia y la esperanza de volcar los anhelos en ti.

Emilio dijo...

Shy: Por más que la física de la objetividad se oponga, la química del apogeo postula que somos lo que suspiramos. Y las letras –titubeantes, vaporosas, livianas- reivindican la aventura sin necesidad de disculpas.

Corazón: Las primaveras de las que somos huérfanos se agazapan entre los pliegues de lo alguna vez cohabitado y lo persistentemente aguardado. No vivimos exiliados, vivimos en una patria imantada de vísperas.