martes, 31 de mayo de 2011

LXXXI

“¿Tú también piensas en lo que pudo haber sido o sólo lo hacemos quienes no nos conformamos con lo que fue?” Tecleó enviar y se quedó esperando la respuesta.

SEXTA LEY DE SUSPIROS DEL ESPANTAPÁJAROS

Hay que velar los cadáveres a tiempo, pues se corre el riesgo de que se conviertan en zombis y luego uno los puede confundir con ángeles.

lunes, 30 de mayo de 2011

VERÓNICA 3

No, ya no estás, pero estuviste.
Y la verdad es que nunca te fuiste.
Me tuviste tanto que no me quedó otra opción más que irme.
Tú te fuiste de nosotros pero yo me fui del país. Te quedaste allá, yo me quedé con nosotros. Estamos a mano.
No fue una huida, fue mi rescate.

Han pasado ya 8 años desde la última vez que te vi.

He defendido tus recuerdos de exabruptos y júbilos, de fuegos y mares, de lo que no fue.
El pasado que nos separó es el mismo que nos ampara.
Nada embellece. Todo envejece. Excepto el recuerdo de ti.

He tenido mañanas en que el precipicio del horizonte me hace hundirme en tus huellas.
Han sucedido tardes lluviosas que deslavaban melancolías y abrigaban añoranzas.
Ha habido noches de sombras astilladas, de suspiros venenosos, de rincones marchitos. Noches con silencios poblados de tus susurros, con minutos preñados de tus augurios, con letras que destilan tu ausencia.
Noches en que he confundido estrellas rotas con faros y les he puesto tu nombre.

A final de cuentas, tú eres más cicatriz que recuerdo.

He colgado coronas en los muros transparentes del palacio de tu ausencia para después suicidar mis ojos en su balcón.
Corolas de estupor han infestado mi sosiego como enredaderas.
Ternuras huérfanas se han vuelto susurros.
Gélidos puñales de soledad me han sangrado los ojos goteando mis dedos.

Somos los amores que no fueron.
Yo soy lo que no fui contigo.
Y hoy que hace exactamente 8 años que estando recién casada me pediste que te regalara una noche conmigo, y yo me negué, vengo a escribírtelo aquí.
Sé que nunca lo leerás.
Feliz cumpleaños, Verónica.

E

QUINTA LEY DE SUSPIROS DEL ESPANTAPÁJAROS

Si no es posible hablarle con el lenguaje de la piel, es preciso escribirle para acariciarle los sentidos. Siempre, a solas.

domingo, 29 de mayo de 2011

ENSIMISMADO

Esta ventana no es una frontera,
es un faro sin luz
ni alambrera.
En el mar esmeralda del horizonte
navega una insaciable jauría
de cabellos verdes en desmonte
que devora los dedos del sol en el día.
Flotan también,
con remos de alas,
pequeñas embarcaciones de colores y bengalas.
Bregan silbidos
que alguna vez del tiempo serán papiros
o tal vez suspiros.
De vez en vez,
como las baldosas,
hay quienes andan amparados en su desnudez
para abrigarse de rosas.
Sobre ellos, un espejo azul,
empañado de vahos,
duda de ser brújula o baúl.
Todos ellos bogan
dialogan
epilogan.
Se resisten a ser paisaje
y entre gritos y apetitos
se tejen un blindaje.
No seré yo quien los importune de su epopeya.
Correré las persianas
y armado de una sonrisa impune
soñaré que le hago el amor a Ella.

martes, 24 de mayo de 2011

FRAGMENTOS DE UNA NOVELA INCONCLUSA I

No era la primera vez. Ni sería la última. Pero esta vez la sentía diferente. La padecía distinto. Le costaba prosas de alborada sobrellevar esa nueva ruptura.

A pesar de todo, esa desazón le parecía ilógica. Desde que fue consciente de la llegada de Ella a su vida, Él se repitió constantemente que no se angustiaría por la distancia o por el final, que sólo se entregaría al ahora. “Lo malo es que me lo repetía mirando a la luna, no al espejo”, se dijo aprisionando un jilguero herido en la garganta.

Entonces cerró los ojos para abrir los de su alma. Y ahí la halló. Su mirada era mosaico de un palacio de rosas. Su sonrisa era la espuma de una cascada de ámbar. Su silueta era la constelación fulgurante de un cielo diáfano. Ella contenía en sí misma caos y apogeo. Ella era su patria.

Levantó los parpados y apagando con saliva el fuego de un sollozo se dijo en voz alta: “Cuando no haya relojes ni teléfonos. Espejos ni maquillajes. Cuando esté a solas consigo misma. Yo sé que se acordará.”

E.

CUARTA LEY DE SUSPIROS DEL ESPANTAPÁJAROS

La materia tiene tres estados: sólido, líquido y gaseoso. El alma, dos: apagada y encendida.

LXXX

Se contempló sin más artificio que una mirada derrotada. Y luego apagó la luz.

lunes, 23 de mayo de 2011

DESVARÍOS DE DESVELO

Engullo un racimo de sombras por los ojos.



Aunque me esconda en la luna, inevitablemente me encuentra. Viene. Derriba razones, pretextos, fronteras. Y se anida en mis pestañas. La noche. Esta noche.



Mi cuerpo está tan exhausto que confunde la oscuridad con papiros enmohecidos.



Allá arriba la luna es ataúd de mis suspiros que se baña en incienso de auroras.



El silencio está poblado de susurros, el derredor de augurios y mi garganta de quizás.



En mi pecho se acumulan palabras como retahílas de palpitaciones, como puentes de soledades, como espejos de sombras. Palabras como conjuro de lo que fue, de lo que no ha sido y de lo que no será.



Me visitan vapores y sombras que intiman con mis dedos.



Letras que guardan celosamente secretos diáfanos, propuestas implícitas y una historia inconclusa.



Palabras que no permiten que se evapore su nombre en sombras. Ahora sé porque traigo los dedos colmados de colores y campanas.



Escribo para desgranar sueños íntimos, encuadrar experiencias, mirar nuevos senderos. Ser otro siendo más uno mismo. Anhelar.



Iluso escribano de letras como sosiegos. Viajero ajetreado en el universo de las añoranzas. Poema inacabado de lo no será.



Rosa de ocaso. Letras con escalofríos. Hoguera de hojarascas. Murmullo de sangre en las pupilas de Ella.



Una ansiedad soberana: que la alquimia de mis palabras la conviertan en agua para saciar mi sed de su torrente.



Soy un cántaro agrietado. Un girasol en invierno. Un abedul nevado. Un Espantapájaros picoteado por las estrellas.



Me falta en el día. Me sobro en la noche.



Escribir es arar en ausencias.



La distancia son las pestañas de unos ojos colmados de lágrimas secas.



Suspiros que quiebran esta noche en dos mitades que a la mañana siguiente la volverán a buscar. Y la hallarán aunque nunca jamás la encuentren.



Ya no le busco razones, causas ni sentidos. Me basta con saber que algunos desvelos sólo son apogeos de la melancolía y convulsiones de los anhelos. Como este.



Traigo los ojos llenos de Ella. Los voy a cerrar para soñar con el paraíso. Está a punto de amanecer y aún sigo despierto.

 

E.


sábado, 21 de mayo de 2011

TERCERA LEY DE SUSPIROS DEL ESPANTAPÁJAROS

No importa si se oponen océanos, continentes o fronteras, los suspiros provocados por una Ella siempre hallarán la forma de tender puentes.

viernes, 20 de mayo de 2011

LXXIX

La prosa triste de los silencios de Ella delataba una soledad que se ataviaba de melancolías roídas. Y entonces Él vio que los júbilos estaban recluidos en sus ojos. En ese momento, supo que se había enamorado de Ella.

BRISAS Y ALONDRAS

Para Bea

Tiempos de mezquindad y cenizas,
de expoliación y advenedizas,
de indiferencia y trizas


donde


los ojos degüellan las guirnaldas,
sangran los crepúsculos
y ovillan la belleza a los rincones del después


donde

los labios escupen redes de peces muertos
o confinan corales transparentes en barrotes de marfil


donde


las manos se acuchillan con diez dagas roídas
en lugar de sembrarse con diez pétalos como campanarios


donde


las sombras almacenan rencores,
las fronteras incineran caricias,
los relojes asesinan vísperas,
los pasaportes trituran coincidencias,
y la vida se troca en mera existencia.


En tiempos como estos
una mirada diáfana,
un suspiro musicalizado
o un silencio expectante
son brisas de júbilo
como cuando una alondra
se posa en el hombro de un Espantapájaros
en una noche fría y nevada.

Y lo obliga a seguir manteniendo
los brazos abiertos.

lunes, 16 de mayo de 2011

sábado, 14 de mayo de 2011

AÑORANZA

Para G.C.


Ella anudaba en sus negras pestañas las frases humeantes de Él.


Ella podía tejer abrigos con sus suspiros. Ella era capaz de embriagarse con el jugo candoroso de sus alegrías distantes. Ella hacía de sus silencios alfombras para su alcoba.


Pero definitivamente Ella desconocía, Ella era ajena, Ella no podía siquiera imaginar la lacerante desesperación con la que Él la recordaba.


Él la traía a Ella atravesada en su garganta.


Él la añoraba.

martes, 10 de mayo de 2011

PRIMERA LEY DE SUSPIROS DEL ESPANTAPÁJAROS

La vehemencia de un sentimiento es directamente proporcional a la intensidad del anhelo que la precede.

LXXVIII

La invocación de Ella lo ereccionaba. El recuerdo de Él la humedecía. La distancia se los confirmó con efervescencia: estaban hechos la una para el otro. Y esperaban, cada uno desde su orilla, para reafirmárselo.

sábado, 7 de mayo de 2011

LXXVII

Rodeado de gente pero a solas consigo mismo, exactamente una semana después de haber naufragado en la isla de Ella, la sonrisa de topacio en el alma y las lágrimas de ámbar en el cuerpo le revelaron que enamorarse es soñar con cascadas en mitad de un árido desierto.

jueves, 5 de mayo de 2011

LXXVI

Esperando su siguiente vuelo comprendió que los aeropuertos son metáforas de la vida: "todos estamos de paso", se dijo. Así que decidió residir eternamente en el recuerdo de Ella.

lunes, 2 de mayo de 2011

VARIACIONES DEL TIGRE NERUDIANO

Para G.C.

Antes era un Espantapájaros
de brazos abiertos y sombrero de luna
pero tú me has convertido en
un tigre
que sin entrenamiento
te acecha entre las hojas blancas
perennes como lingotes
de oxígeno liquido.
El rio dorado crece
bajo los acueductos queretanos.
Llegas.
Desnuda te sumerges.
Espero.
Entonces en un salto
de pestañas, uñas, colmillos,
de un zarpazo devoro
tu pecho, tus muslos,
tu intimidad.
Bebo tu néctar, despedazo
las costuras de tu sosiego
exhalación por exhalación.
Y me quedo velando
eternamente en nuestra alcoba
tus gestos, tu jadeo,
tus súplicas, tu sabor,
petrificado, distanciado
de la añoranza y la incertidumbre,
deshecho en tu partida,
tatuado de pasados,
inmóvil en cauces de ríos,
centinela implacable
de mi enamoramiento asesino.

Emilio