lunes, 30 de mayo de 2011

VERÓNICA 3

No, ya no estás, pero estuviste.
Y la verdad es que nunca te fuiste.
Me tuviste tanto que no me quedó otra opción más que irme.
Tú te fuiste de nosotros pero yo me fui del país. Te quedaste allá, yo me quedé con nosotros. Estamos a mano.
No fue una huida, fue mi rescate.

Han pasado ya 8 años desde la última vez que te vi.

He defendido tus recuerdos de exabruptos y júbilos, de fuegos y mares, de lo que no fue.
El pasado que nos separó es el mismo que nos ampara.
Nada embellece. Todo envejece. Excepto el recuerdo de ti.

He tenido mañanas en que el precipicio del horizonte me hace hundirme en tus huellas.
Han sucedido tardes lluviosas que deslavaban melancolías y abrigaban añoranzas.
Ha habido noches de sombras astilladas, de suspiros venenosos, de rincones marchitos. Noches con silencios poblados de tus susurros, con minutos preñados de tus augurios, con letras que destilan tu ausencia.
Noches en que he confundido estrellas rotas con faros y les he puesto tu nombre.

A final de cuentas, tú eres más cicatriz que recuerdo.

He colgado coronas en los muros transparentes del palacio de tu ausencia para después suicidar mis ojos en su balcón.
Corolas de estupor han infestado mi sosiego como enredaderas.
Ternuras huérfanas se han vuelto susurros.
Gélidos puñales de soledad me han sangrado los ojos goteando mis dedos.

Somos los amores que no fueron.
Yo soy lo que no fui contigo.
Y hoy que hace exactamente 8 años que estando recién casada me pediste que te regalara una noche conmigo, y yo me negué, vengo a escribírtelo aquí.
Sé que nunca lo leerás.
Feliz cumpleaños, Verónica.

E

No hay comentarios: