lunes, 23 de mayo de 2011

DESVARÍOS DE DESVELO

Engullo un racimo de sombras por los ojos.



Aunque me esconda en la luna, inevitablemente me encuentra. Viene. Derriba razones, pretextos, fronteras. Y se anida en mis pestañas. La noche. Esta noche.



Mi cuerpo está tan exhausto que confunde la oscuridad con papiros enmohecidos.



Allá arriba la luna es ataúd de mis suspiros que se baña en incienso de auroras.



El silencio está poblado de susurros, el derredor de augurios y mi garganta de quizás.



En mi pecho se acumulan palabras como retahílas de palpitaciones, como puentes de soledades, como espejos de sombras. Palabras como conjuro de lo que fue, de lo que no ha sido y de lo que no será.



Me visitan vapores y sombras que intiman con mis dedos.



Letras que guardan celosamente secretos diáfanos, propuestas implícitas y una historia inconclusa.



Palabras que no permiten que se evapore su nombre en sombras. Ahora sé porque traigo los dedos colmados de colores y campanas.



Escribo para desgranar sueños íntimos, encuadrar experiencias, mirar nuevos senderos. Ser otro siendo más uno mismo. Anhelar.



Iluso escribano de letras como sosiegos. Viajero ajetreado en el universo de las añoranzas. Poema inacabado de lo no será.



Rosa de ocaso. Letras con escalofríos. Hoguera de hojarascas. Murmullo de sangre en las pupilas de Ella.



Una ansiedad soberana: que la alquimia de mis palabras la conviertan en agua para saciar mi sed de su torrente.



Soy un cántaro agrietado. Un girasol en invierno. Un abedul nevado. Un Espantapájaros picoteado por las estrellas.



Me falta en el día. Me sobro en la noche.



Escribir es arar en ausencias.



La distancia son las pestañas de unos ojos colmados de lágrimas secas.



Suspiros que quiebran esta noche en dos mitades que a la mañana siguiente la volverán a buscar. Y la hallarán aunque nunca jamás la encuentren.



Ya no le busco razones, causas ni sentidos. Me basta con saber que algunos desvelos sólo son apogeos de la melancolía y convulsiones de los anhelos. Como este.



Traigo los ojos llenos de Ella. Los voy a cerrar para soñar con el paraíso. Está a punto de amanecer y aún sigo despierto.

 

E.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Desvarios mmm yo soy mas q eso, no soy un desvario, no soy un sueño, no soy una fantasia, no quiero ser eso.
Necesito que dejes de decir lo que no sera, por que nos condenas a el no volver a ser uno, bajo el cielo q la vida nos vuelva a poner.
Te me antojas no para un desvario te me antojas para una eternidad juntos.
Necesito que te hagas las mismas preguntas q me hiciste ayer, y te daras cuenta que esto no es lo unico, que nos espera mas juntos.
No olvides lo que me pediste, exigirle a la vida, no te rindas tu ahora.

Emilio dijo...

Para este Espantapájaros, los desvaríos no son claudicaciones, resignaciones o abandonos. Para este Espantapaájros, los desvaríos son sólo la forma que toman los suspiros por la noche para cruzar el manantial de la madrugada.