viernes, 29 de abril de 2011

SENDEROS (RETORNO A ESCANDINAVIA)

A veces están poblados de susurros, otras de augurios y en su mayor parte de ausencias.

Deslavan melancolías y abrigan añoranzas pero en sus huellas transpiro eternidad.

Suelen ser patrias inefables porque en ellos me miro con mirada inteligente.

Suelen ser poemas nublados porque diluvian en mi nostalgia.

Suelen ser conjuros aplazados porque abrevian mis treguas.

Retahíla de palpitaciones.

Silencios renovadores.

Lienzos en blanco.

Mis senderos.

Una antigua leyenda maya afirma que las mujeres y los hombres de maíz nacemos con la misión de completar lo que los Dioses dejaron a medias. Y uno de esos asuntos pendientes es encontrarnos porque nacimos incompletos.

Yo sigo buscándome.

Por eso regreso a Escandinavia, a preguntarle nuevamente a los bosques nórdicos por mí.

Poco a poco estoy aprendiendo a leer el alfabeto de las auroras boreales.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hoy a falta de nuestras charlas vine a leerte, y es hermoso de verdad, pero como duele leer tu adios. Pero aun me quedan noches para acariciarte el alma a besos :)

Emilio dijo...

No es un adiós, corazón, es un hasta siempre. Las alcobas construidas con muros enletrados son eternas.
Ambos lo sabemos.
E.

Anónimo dijo...

Lo se corazón, cada una de las caricias, besos, suspiros y palabras con que la hicimos fueron hechas con sabor a eternidad.

Nuestra realidad y fantasia se fusionaron para darnos esa eternidad.

G.C.

Emilio dijo...

Somos humildes campesinos que aramos devotamente la tierra del tiempo para sembrarle los suspiros de las almas que coinciden. Por eso, no hay adioses sino hasta siempres. Ambos los sabemos. E.

Unknown dijo...
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