viernes, 8 de abril de 2011

LXXI

Solamente cantaba por las noches. Ella era su acorde.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pensaba cuando leí tu post en que hay acordes cuyas notas son unicas :-)

Emilio dijo...

Sin duda, son esos sonidos que susurran trascendencia a las entrañas. Como la milagrosa luz de una libélula.