lunes, 4 de abril de 2011

LXIX

Él, que se hacía llamar "Espantapájaros", nació con el Don de suspirar y con la certeza de que alguien siempre lo esperaría. Y ese fue todo su patrimonio. 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

No fue todo su patrimonio, fue el mejor "Espantapájaros" pues cubrió con un manto de palabras las tristezas propias y ajenas.

Emilio dijo...

Si acaso, inconscientemente, ese Espantapájaros fue bueno en algo. Fue porque se iluminó de libélulas que lo irradiaron.
Siempre es así: somos las completudes que edificamos.

Anónimo dijo...

Aquellas cosas inconscientes o las que nos suceden por azar, o por pura casualidad en ocasiones son las mejores.
Que una libelula encontrada por azar ilumine su día eso es puro milagro, ¿no? :-)