Confesiones y fantasías de un treintañero amante de la poética corporal y la erótica verbal.
lunes, 4 de abril de 2011
LXIX
Él, que se hacía llamar "Espantapájaros", nació con el Don de suspirar y con la certeza de que alguien siempre lo esperaría. Y ese fue todo su patrimonio.
3 comentarios:
Anónimo
dijo...
No fue todo su patrimonio, fue el mejor "Espantapájaros" pues cubrió con un manto de palabras las tristezas propias y ajenas.
Si acaso, inconscientemente, ese Espantapájaros fue bueno en algo. Fue porque se iluminó de libélulas que lo irradiaron. Siempre es así: somos las completudes que edificamos.
Aquellas cosas inconscientes o las que nos suceden por azar, o por pura casualidad en ocasiones son las mejores. Que una libelula encontrada por azar ilumine su día eso es puro milagro, ¿no? :-)
3 comentarios:
No fue todo su patrimonio, fue el mejor "Espantapájaros" pues cubrió con un manto de palabras las tristezas propias y ajenas.
Si acaso, inconscientemente, ese Espantapájaros fue bueno en algo. Fue porque se iluminó de libélulas que lo irradiaron.
Siempre es así: somos las completudes que edificamos.
Aquellas cosas inconscientes o las que nos suceden por azar, o por pura casualidad en ocasiones son las mejores.
Que una libelula encontrada por azar ilumine su día eso es puro milagro, ¿no? :-)
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