domingo, 24 de julio de 2011

POSADA

Estés donde estés, hagas lo que hagas, toques lo que toques, guárdame.
Mírame.
Suspírame.
Tócame.

Ampárame.

No pienses, no dudes, no mires más allá.
Sólo siénteme. Sólo siéntete. Sólo siéntenos.
Ahí estamos, en ese horizonte, en esa luna, en ese destello. En ese quizás que por serlo ya es eterno.
Nos miramos con los dedos, nos escuchamos con los suspiros, nos besamos con los ojos.
No sabemos de huellas, de contratos o de augurios. Sólo sabemos lo que desconocemos de ambos. Eso que nos hace acercarnos aún más.

Recréame en tu almohada.

Horádame los porvenires.

Sueña con las rosas de mis manos. Desgrana sus pétalos en tus labios.

Hazle espacio entre tu blusa a la esponja de mi lengua.
Permite que mi jilguero se cuele entre tu falda.
Cede ante la embestida de los corceles que me arredras en el corazón.

Siente mi alondra impregnando de miel tu espalda.

Úngete con la pulpa de mi pomelo.

Acúname con tu respiración agitada.

Haz de tus dedos carabelas para mi mar.
Convierte tu boca en fauces.
Suda la tintura para nuestro lienzo.

Déjame desgranar el almíbar de tus labios.
Paladear las almendras de tus pechos.
Cubrirte el vientre de orquídeas radiantes.
Revolotear mis mariposas en tus muslos.
Colmarte de luciérnagas envuelto entre tus piernas.

Simplemente,
Acaríciame.
Abrázame.
Átame a ti.

Muere conmigo por ti.

Sé mi Posada.

Ya no quiero caminar sin dirigirme a ti.

E.





7 comentarios:

Shy dijo...

Esta vez, sin palabras.
Maravilloso.
Tonta sería si no te dijese:
"abre la puerta, aquí estoy, toma mi mano ...".
Ayer vi la entrada, pero para hoy me la guardé, para hacer un alto en el trabajo y de ella poder disfrutar y relajárme por unos minutos ...

Emilio dijo...

Sean las palabras -las tuyas, las mías, todas- locuciones de ámbar con las que la alegría nos llueve en las manos, léxicos desbocados de constelaciones azucaradas que se disuelven en los ojos, gramáticas palpitantes de un viento que nos combustione los pasos.
Susurros del acaso.
Ecos del tal vez.
Rumores del todavía.
Posadas.

Anónimo dijo...

Mi cielo días esperando que regresaras, y por fin estas aquí de vuelta en nuestra habitación, llenando mi pecho de suspiros y mis ojos de las imágenes de esos días de entregas, de nuestra luna de miel, tus palabras me han hecho recordar lo que es ser amada por ti.

Te amo cielo.

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Emilio dijo...

Lo mejor de los viajes, Corazón, son los regresos. Encontrar la puerta abierta, que es como todas las puertas deben estar para quien vuelve.
Un beso de esos que enmielan esperas y encienden fogatas.

Anónimo dijo...

Pues mi puerta sigue abierta esperando tu regreso en nuestra habitación, con tus palabras que entretejidas me cubren y llenan de ti.
En espera de que tus deseos vuelvan a atracar en mi orilla.

Emilio dijo...

Ahí volveré. No porque sea mi destino sino porque necesito renovarme. Y tu orilla está colmada de orquídeas, cerezos y cisnes.

Anónimo dijo...

De que esta hecho el destino sino los deseos y necesidades, que nos hacen darle rumbo.