lunes, 23 de abril de 2012

FRAGMENTOS DE UNA NOVELA INCONCLUSA V

Me hubiese gustado que fuese diferente.

Que solamente usasen sus verbos para hacerse el amor a la distancia.
Que la única confusión floreciese en el perfume de su cercanía.
Que no transpirasen hostilidades sino alborozos.
Que en lugar de dagas se canjeasen orquídeas.
Que al final, a pesar de todos, inclusive de ellos mismos,
se derrotasen con una sola miel.

Pero no soy director, ni titiritero.
Ni siquiera escritor.
Sólo soy un narrador.

Y Ella prefirió asumir quimeras antes de guarecer esperanzas.
Él, ofenderse con la misma facilidad que la de desertar.
Así que,
más que una vida en común,
lo que se tejieron fue una historia de reencuentros.



Nunca dejaron de buscarse.


2 comentarios:

Africa dijo...

triste pero bello, hay cortas historias que pasan una vez en la vida y que jamás se repetirán.
Porque ella no quiere porque él se ofendio ...

Emilio dijo...

Creo que “cortas historias” es un calificativo insuficiente para lo profuso que suelen ser esas coincidencias. Para mí son “treguas” en su sentido completamente benedettiano. Y lo paradójicamente excelso de esas treguas es que, aún en la brevedad, los protagonistas suelen labrarse una alcoba acolchada, fragante y tibia donde incesantemente buscarán volver.
Lo realmente triste, querida África, es cuando esa alcoba está vacía.