Dijo un poeta que amar es despojarse los nombres.
Contigo fueron los zapatos y los calcetines, aquella tarde seca de agosto.
Cuando caminamos descalzos por el centro de la ciudad.
Cuando nos tomamos de la mano para ignorar las miradas escandalizadas.
Cuando fuimos cómplices antes de ser amantes.
Cuando creí que serías tú.
Y me olvidé de los demás.
Hoy, ya no hago esas locuras. Pero no dejo de añorarlas.
Es tan corto el amor y tan largo el olvido, también lo dijo otro poeta.
Contigo fueron los zapatos y los calcetines, aquella tarde seca de agosto.
Cuando caminamos descalzos por el centro de la ciudad.
Cuando nos tomamos de la mano para ignorar las miradas escandalizadas.
Cuando fuimos cómplices antes de ser amantes.
Cuando creí que serías tú.
Y me olvidé de los demás.
Hoy, ya no hago esas locuras. Pero no dejo de añorarlas.
Es tan corto el amor y tan largo el olvido, también lo dijo otro poeta.
2 comentarios:
A menudo los labios más urgentes no tienen prisa dos besos después...
Lo bueno de los años es que curan heridas, lo malo de los besos es que crean adicción.
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