miércoles, 30 de noviembre de 2011

XCII

Si hubiese sabido que la indiferencia era tan sólo el portal de la guarida donde Ella se refugiaba de su temor a volar, Él hubiese cambiado su respeto por pétalos rosas en sus letras para desnudarla despacio, acariciarla suavemente y besarla pausadamente hasta que Ella misma se descubriese sus alas. Pero… nunca es tarde.

1 comentario:

kenyta de E. dijo...

siempre.ha sido muy dificil para mi expresar lo que siento, porque como te dije anoche los miedos estan ahi. aun sinembargo lo hize. porque no queria quedarme con ello. hoy que nos reencontramos,un brillo hay en mis ojos y me inunda una felicidad desmesurada es algo tan sublime que me agrada tanto. nadie mas ha sido capaz de hacerme sentir esto que transpasa mi piel. gracias por existir y por cruzarte en mi camino . un beso. kena